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lunes, 13 de diciembre de 2010

Un blog por encima de las nubes

Había abandonado este blog, con mil razones, casi todas inválidas, pero el blog había quedado en las cosas importantes pero no urgentes. De pintor pasé a ser empresario, aunque siempre emprendedor. Tenía siempre las ganas de escribir, creo que me faltó tiempo y coraje. En momentos de claridad muy breves, alguno de esos momentos en que como el Aleph de Borges uno puede ver todo al mismo tiempo, pero que como un sueño de los buenos, al final uno nunca sabe si realmente pasó salvo por un misterioso olor a recuerdo que queda colgando de la boca. Hace algunos años mami me prestó un libro de Herman Hesse titulado "Pequeñas Alegrías".  No recuerdo mucho el exacto contenido del libro, pero el mensaje que quedó en alguna parte, fue al realización de que la vivir no es ni será una prolongada y eterna felicidad, sino de encontrar lo pequeños momentos que nos proporcionan una alegría breve, intensa y recordarlos aunque sea fugazmente. Así uno  va construyendo un muro, como pequeños ladrillos, que al final es lo que debiera llamarse vivir plenamente. Creo que al final Hesse y Borges hablan de lo mismo: ese momento de lucidez en que todo hace sentido, todo encaja, todo concuerda. Hace poco más de un año que mi esposa y yo venimos soñando y armando una pequeña casa en Jarabacoa, y sin miedo puedo decir que la loma, el río, sembrar una mata de aguacates junto a Camilo Venegas, un trago de whisky con los obreros, el sonido del serrucho mientras tumbara un tajo seco de una guama, las nubes debajo de mi terraza, el sonido alarmante del silencio, la primera fresa sucia de tierra que aplasto en mi boca de un arbusto propio, la ilusión de la casa en el árbol para Adriana, el imaginarme en mi mesa de tablón escribiendo algo, cualquier cosa, la chimenea todavía fría y virgen... ese conjunto de ilusiones y visiones que se construyen a 840 metros sobre el mar, han devuelto en mi algo que no sabía que extrañaba. 
Por eso este primer post en mi blog abandonado hace años, todavía superfluo, todavía oxidado, pero con ganas como esa primera mata de aguacates en Quinta Rosa.

1 comentario:

  1. Las chispas de felicidad son las que hacen que la vida tenga sentido. Yo dejé de escribir en mi blog hace años y quizás necesito de algo como tú que me haga escribir._

    Un abrazo en este nuevo comienzo.

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